Llega un momento en tu vida en que te formulas la siguiente pregunta: ¿saber me hace más feliz o más desdichado? La conclusión acostumbra a ser más desdichado.
A mi me parece bastante evidente que el saber te hace más feliz. A mayor conocimiento, mayor comprensión de las causas del sufrimiento y mayor posibilidad de eliminarlas. Precisamente, los existencialistas pesimistas han asumido el dogma de la que vida es mala (malo y bueno es un periodo de una vida concreta; un enunciado particular y no universal si acaso) sin entender que ese pensamiento suele hacernos sufrir, cuando pensar que la vida azarosa es simplemente neutra (o incluso positiva) da lugar a otros efectos. Es decir: no han profundizado suficientemente en el conocimiento.
Y lo mismo vale para los que sufren por no saber suficiente o por no tener certezas absolutas. No han entendido que ese sufrimiento surge de ese deseo, y que sin ese deseo, no habría ese sufrimiento concreto.
Los pensamientos, más allá de su contenido semántico, son procesos que causan efectos. Es más: son fundamentalmente eso, por lo que son simples herramientas, no sólo para conocer, sino para sufrir o gozar. La concepción de un hecho como problema lo vuelve problemático, no el hecho en sí (esto vale para la mayoría de sufrimientos).
En resumen: sugestión, deseo y pajas mentales son las causas del sufrir en organismos con sus necesidades satisfechas. Quien entienda esto se ha pasado el juego.
A mi me parece bastante evidente que el saber te hace más feliz. A mayor conocimiento, mayor comprensión de las causas del sufrimiento y mayor posibilidad de eliminarlas. Precisamente, los existencialistas pesimistas han asumido el dogma de la que vida es mala (malo y bueno es un periodo de una vida concreta; un enunciado particular y no universal si acaso) sin entender que ese pensamiento suele hacernos sufrir, cuando pensar que la vida azarosa es simplemente neutra (o incluso positiva) da lugar a otros efectos. Es decir: no han profundizado suficientemente en el conocimiento.
Y lo mismo vale para los que sufren por no saber suficiente o por no tener certezas absolutas. No han entendido que ese sufrimiento surge de ese deseo, y que sin ese deseo, no habría ese sufrimiento concreto.
Los pensamientos, más allá de su contenido semántico, son procesos que causan efectos. Es más: son fundamentalmente eso, por lo que son simples herramientas, no sólo para conocer, sino para sufrir o gozar. La concepción de un hecho como problema lo vuelve problemático, no el hecho en sí (esto vale para la mayoría de sufrimientos).
En resumen: sugestión, deseo y pajas mentales son las causas del sufrir en organismos con sus necesidades satisfechas. Quien entienda esto se ha pasado el juego.
Me ha gustado mucho leerlo. Gracias.
Gracias a ti por tu comentario, Beatriz.
De las ediciones que más he disfrutado. Gracias por este regalo, Sergio.
¡Buen finde!