Eres una mala persona y (no) lo sabes
Íñigo Errejón es algo más que bueno o malo: es el fruto podrido de unas expectativas inalcanzables y una lealtad moral de grupo hemipléjica.
Lo que sucede hoy con los partidos de izquierda, con el caso Errejón a modo de mascarón de proa, desvela de manera cruda las contradicciones de la política parlamentaria progresista. Ocho años de discursos feministas se desmoronan frente a la inacción ante abusos silenciados, que muchos conocían y nadie afrontó. Este episodio es solo la punta de un iceb…
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