SIN ESFUERZO, NO HAY RECOMPENSA (ni tampoco la recompensa vale la pena)
Somos expertos en concebir fantasías escapistas porque la realidad no se ajusta a nuestros ideales
Marx proclamó el ideal de una sociedad sin clases, pero lo que realmente anhelaba —aunque quizás sin advertirlo del todo— era una sociedad sin estamentos. Y en esto yerra el diagnóstico como el médico que confunde fiebre con peste. Porque una clase social, a diferencia de un estamento, no está determinada por la cuna, sino por el flujo y reflujo de la f…
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