Durante siglos, la autoridad moral y el prestigio social estuvieron en manos de quienes ostentaban una conexión directa con lo trascendente o con la sangre azul. Ya no.
Muy buen artículo, Sergio. Aunque todos estemos inmersos de una manera u otra en este "juego del estatus"... ¿no es acaso mejor que el porcentaje de población que puede permitirse llevar un modelo de vida más "sostenible", actúe en consecuencia?
Ya no entro en el debate de teatralizar este modo de vida y exhibirlo en las redes sociales (repulsivo, al menos para mí).
Pero prefiero una clase adinerada que opte por llevar un modelo de vida más consciente con el medio ambiente y más saludable en general (aunque tristemente sea excluyente para muchos -ahí habría que poner el foco-); que una clase social adinerada que su ostentación de la riqueza sea el número de platos que tiene su vajilla. Lo cual, si se piensa fríamente, esa acumulación de lo material no tiene ningún sentido.
Al final la clave de las corrientes de cambio y modificaciones estéticas del estatus está en la perseverancia. En lo que definía Taleb, como minorías intransigentes. El poder que obtienen depende tanto de la posibilidad técnica que permiten las redes sociales, la oportunidad de ser escuchadas en un mundo lleno de incertidumbre, y esa perseverancia o energía nuclear que tienen para crear, mantener y difundir sus mensajes. En ello les va la identidad, y frecuentemente la vida. Mientras tanto..... el resto de nosotros sin ese fuelle, nos debatimos entre el cansancio, el pensamiento crítico y el hastío. Es decir, un claro ejemplo de cómo ha evolucionado este mundo. Como siempre agradecido de que me hagas pensar!!
Personalmente veo 2 temas diferentes que pueden, o no, estar relacionados: (1) uno es relativo a las nuevas fórmulas de estatus, aparentemente menos materiales y más virtuosas; y otro (2) es la “cultura de la cancelación”, apoyada en la corrección moral, lo que se ha estado llamando “ movimiento woke”.
Este último ha prosperado gracias a las RRSS y a la posibilidad de conseguir estatus mediante aprobación social. Seres mundanos y oportunistas con querencia de alimentar su ego, aprovechando una ola de pensamiento que favorece satisfacer dicha necesidad.
Que interesante artículo! Me ha impactado ver en datos la cantidad de gente que no está para nada de acuerdo con lo que parece ser la moral dominante. Aunque creo que el pendulazo que pronosticas ya se está produciendo: la gente más joven ya está cambiando su discurso y la ostentación de la acumulación se ve ya en los referentes que siguen.
Lo triste es como unos pocos pueden imponer su visión y hacer que parezca que es compartida por la mayoría, mientras, como ha dicho Jonatan en su comentario, los demás “nos debatimos entre el cansancio, el pensamiento crítico y el hastío”. La mayoría no tenemos ningún interés en ser policías de la moral , pero cuando entras en rrss es exactamente lo que parece.
De todos modos, si que me parece preferible que el dinero vaya acompañado de una ética y se utilice para dejar un impacto positivo en el mundo y no solo para acumular Lamborghinis, como promulgan ahora los influencers de las nuevas generaciones.
Muy buen artículo, Sergio. Aunque todos estemos inmersos de una manera u otra en este "juego del estatus"... ¿no es acaso mejor que el porcentaje de población que puede permitirse llevar un modelo de vida más "sostenible", actúe en consecuencia?
Ya no entro en el debate de teatralizar este modo de vida y exhibirlo en las redes sociales (repulsivo, al menos para mí).
Pero prefiero una clase adinerada que opte por llevar un modelo de vida más consciente con el medio ambiente y más saludable en general (aunque tristemente sea excluyente para muchos -ahí habría que poner el foco-); que una clase social adinerada que su ostentación de la riqueza sea el número de platos que tiene su vajilla. Lo cual, si se piensa fríamente, esa acumulación de lo material no tiene ningún sentido.
¡Un abrazo!
Al final la clave de las corrientes de cambio y modificaciones estéticas del estatus está en la perseverancia. En lo que definía Taleb, como minorías intransigentes. El poder que obtienen depende tanto de la posibilidad técnica que permiten las redes sociales, la oportunidad de ser escuchadas en un mundo lleno de incertidumbre, y esa perseverancia o energía nuclear que tienen para crear, mantener y difundir sus mensajes. En ello les va la identidad, y frecuentemente la vida. Mientras tanto..... el resto de nosotros sin ese fuelle, nos debatimos entre el cansancio, el pensamiento crítico y el hastío. Es decir, un claro ejemplo de cómo ha evolucionado este mundo. Como siempre agradecido de que me hagas pensar!!
¡Qué bueno!
Personalmente veo 2 temas diferentes que pueden, o no, estar relacionados: (1) uno es relativo a las nuevas fórmulas de estatus, aparentemente menos materiales y más virtuosas; y otro (2) es la “cultura de la cancelación”, apoyada en la corrección moral, lo que se ha estado llamando “ movimiento woke”.
Este último ha prosperado gracias a las RRSS y a la posibilidad de conseguir estatus mediante aprobación social. Seres mundanos y oportunistas con querencia de alimentar su ego, aprovechando una ola de pensamiento que favorece satisfacer dicha necesidad.
Que interesante artículo! Me ha impactado ver en datos la cantidad de gente que no está para nada de acuerdo con lo que parece ser la moral dominante. Aunque creo que el pendulazo que pronosticas ya se está produciendo: la gente más joven ya está cambiando su discurso y la ostentación de la acumulación se ve ya en los referentes que siguen.
Lo triste es como unos pocos pueden imponer su visión y hacer que parezca que es compartida por la mayoría, mientras, como ha dicho Jonatan en su comentario, los demás “nos debatimos entre el cansancio, el pensamiento crítico y el hastío”. La mayoría no tenemos ningún interés en ser policías de la moral , pero cuando entras en rrss es exactamente lo que parece.
De todos modos, si que me parece preferible que el dinero vaya acompañado de una ética y se utilice para dejar un impacto positivo en el mundo y no solo para acumular Lamborghinis, como promulgan ahora los influencers de las nuevas generaciones.
Es un debate con muchas aristas.
Y que vivan las aristas. Gracias por tu comentario.
los estudios británicos fueron muy interesantes y me gustó la perspectiva desde la cual analizas la virtud. muy buen artículo 🫶🏽
Muchas gracias, Alex.
Muy bueno 😃😸😊
Gracias, David