¿Creer o no creer? Tranquilo: no lo vas elegir tú
Si no crees en una cosa, creerás en otra, y nunca sabrás si tus creencias son mejores a todos los niveles, salvo en el epistémico y en determinados contextos.
Es un lugar común acusar al creyente de ser prisionero de una tradición acrítica, de seguir dogmas heredados sin cuestionamiento, mientras al ateo se le asocia con la «racionalidad libre», como si su descreencia brotara directamente del pensamiento puro, sin mediaciones ni contaminaciones. Pero este retrato es, a todas luces, ingenuo.
Con todo, empecemos…
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