Cópialo todo, corrige después
Cuando las personas son libres de hacer lo que quieren, normalmente se imitan unas a otras. Y eso es bueno.
Algunas aves —particularmente ciertas especies de cuervos— han demostrado una asombrosa destreza a la hora de recordar secuencias precisas de acciones que les permiten acceder a recompensas en forma de comida. Pero incluso nuestros parientes evolutivos más cercanos, los primates, no se molestan en imitar comportamientos que no parecen tener una utilidad…
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